Un Rayo de esperanza

El humilde barrio madrileño de Vallecas vivía el viernes pasado otra trágica historia más. 5 furgones de policía se preparaban desde las 7 de la mañana en la calle Sierra de Palomares, la delincuente: una anciana de 85 años, Carmen Ayuso. Su crimen: avalar un préstamo de su hijo por valor de 40.000€ con su casa. El acreedor rechazó desde el principio cualquier tipo de negociación y solicitó la casa a la justicia, tras elevarse la deuda a 77.000€ por los retrasos en el pago.

Horas después, y tras no lograr la Plataforma Afectados por la Hipoteca del barrio vallecano frenar la expulsión de la casa de la anciana, Carmen se encontraba en la calle. Por suerte para ella, ante la lentitud de las administraciones en ofrecerle algún tipo de ayuda, el Rayo Vallecano se cruzó en su camino. En la rueda de prensa pre-partido ante el Celta. el entrenador del conjunto franjirrojo, el carismático Paco Jémez, anunciaba que él, el cuerpo técnico y los jugadores de la plantilla se harían cargo de los gastos de la anciana durante el resto de su vida.

El Rayo Vallecano es uno de esos equipos con los que resulta imposible no simpatizar. Con el presupuesto más bajo de toda Primera División junto al Éibar, cada año logra reinventarse vendiendo sus mejores jugadores de la plantilla del año anterior y firmando jugadores libres y cedidos, y a pesar de ello se mantiene en la élite. El conjunto franjirrojo no es más que el reflejo de su barrio, un barrio obrero donde la crisis económica golpea con fuerza. Sin embargo, el barrio permanece inmune a otra crisis, la de valores. En un Estado donde se producen cerca de 300 desahucios diarios, permitiendo que personas mayores y familias completas se queden en la calle, Vallecas actúa.

Según el País, solo en este mes de noviembre, el entrenador y miembros de la plantilla han colaborado en iniciativas contra el cáncer de mama, han ayudado a la Asociación Aphisa (que lucha para mejorar la vida de las personas con discapacidad intelectual) y a la Asociación Madrileña de Espina Bífida e Hidrocefalia y han hecho campaña por la donación de órganos, además de ceder sus instalaciones al Club Aviación después de que el ayuntamiento madrileño le expulsara de las suyas impidiendo a más de 400 niños continuar con sus actividades deportivas. No es el único detalle del conjunto madrileño, también este mismo mes facilitaba entradas a 5€ a aquellos seguidores que acreditaran estar en el paro.

El domingo fue una gran fiesta en Vallecas. El club, orgullo del barrio, vencía por 1-0 al Celta de Vigo, y la afición respondía su gesto con pancartas de agradecimiento: «Los desahucios de un estado enfermo, la solidaridad de un barrio obrero» y «Carmen se queda» , entre otros mensajes, aparecieron delante de las cámaras de TV. El colectivo Bukaneros, encargado de la animación en el estadio y con gran fuerza y apoyo social en el barrio, agradecía al club su ayuda con un tweet: «Frente a leyes,bancos y policía..Yo defiendo tu casa, tu defiendes la mía».

El Rayo es uno de esos últimos reductos del «fútbol romántico». Cuando la mayoría de clubes están más preocupados del reparto del pastel televisivo y de la última invención de modificar la franja horaria de los partidos para que la Liga se extienda el mercado asiático, todavía queda un equipo que se preocupa por su gente. Bravo por ellos.

Carmen Ayuso posa con la elástica vallecana
Carmen Ayuso posa con la elástica vallecana