No soy un político, solo soy Di Stéfano

“Adiós muchachos ya me voy y me resigno

Contra el destino nadie la talla

Se terminaron para mí todas las farras

Mi cuerpo enfermo no resiste más

 

Acuden a mi mente recuerdos de otros tiempos

De los buenos momentos de antaño disfrute

Cerquita de mi madre santa viejita

            Y de mi noviecita que tanto idolatré”           

                                                                  Adiós Muchachos, Carlos Gardel.

Sonó este tango de “El Mudo” Gardel como réquiem para el mejor futbolista de todos los tiempos, como si se hubiera escrito para él. Alfredo Di Stéfano enmudecía y emocionaba a todos hasta el fin del descuento de su vida. El palco de honor del estadio Santiago Bernabéu fue el lugar escogido para darle el último homenaje, en forma de adiós y agradecimiento multitudinario a la “Saeta Rubia”.  Don Alfredo llegó a ser el emblema del club más laureado de la historia y una leyenda viva del fútbol. Con el Real Madrid consiguió una gesta inigualable hasta el momento, ganó cinco Copas de Europa y ocho ligas batiendo todos los récords.

Alfredo-Di-Stéfano
Alfredo Di Stéfano posa con las cinco Copas de Europa que conquistó con el Real Madrid

Como entrenador será recordado por entrenar a los dos equipos más importantes de Argentina y cuya rivalidad está elevada a su máximo nivel, River Plate y Boca Juniors, pero lo más significativo no fue que consiguiera la gloria con ambos, sino que fue amado por ambas aficiones y jamás fue tachado de traidor como lo hubieran hecho con cualquier otro.

Volvió como entrenador al Real Madrid, en 1982 llevó al equipo a cinco finales y las cinco las perdió, Di Stéfano en el documental de su vida declaró entre risas y algo de resquemor “siempre nos faltó 10 céntimos para completar la peseta” también sobre el tema Amancio dijo: “Si esto le tenía que pasar a alguien, ese alguien era Di Stéfano”. Aunque no consiguió muchos títulos con el Real Madrid como entrenador, su mayor aporte fue el descubrimiento de “la quinta del buitre” cuando confió plenamente en la cantera y subió al primer equipo un gran número de jóvenes  que hicieron del Madrid el club que es hoy.

di stefeano con maximo canales
El secuestrador Paúl Del Río (Máximo Canales) junto a Alfredo Di Stéfano

Pero lo que hoy nos toca es recordar una de las etapas más oscura de su vida, aunque solo fueran tres días. Su secuestro en Caracas fue a manos de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN). Era una organización guerrillera creada por el Partido Comunista Venezolano (PCV). La organización fue concebida en 1960, para dar forma a los nacientes grupos rebeldes que empezaban a operar en el país para  derrocar por la fuerza al gobierno de Rómulo Betancourt. Su estrategia era la liberación nacional y el socialismo y su táctica la lucha armada, para este fin crearon una unidad de combate a nivel urbano, además formaron frentes guerrilleros en zonas rurales. A partir de 1963 comenzaron a actuar de manera más violenta con asaltos como el del buque de Anzoátegui o el secuestro que nos compete, el de la estrella del Real Madrid Alfredo Di Stéfano. Estos atentados lo utilizaban como herramienta de denuncia y propaganda política contra el sistema de gobierno venezolano. Al frente de estas operaciones estuvo Paúl del Río conocido con el nombre en clave de Máximo Canales.

Del Río en numerosas entrevistas aseguró, años más tarde, que jamás se les pasó por la cabeza poner en peligro la vida de Alfredo, ellos eran responsable de sus actos y comprendían que podían ser detenidos, pero en ningún caso se enfrentarían con la policía en un conflicto armado ya que incluso eran admiradores de Di Stéfano y no querían que este saliera lastimado. La organización siguió luchando por sus ideales con el mismo modus operandi (secuestros y frentes de guerrilla en las zonas más humildes) hasta la década de los 70.

La historia del secuestro es bastante kafkiana. El nombre de la operación fue Julián Grimau aludiendo al histórico comunista español fusilado por Franco tres años atrás, con este nombre dejaban claro que no solo protestaban por Betancourt sino que también se oponía al régimen franquista.

En agosto de 1963 el Real Madrid, triunfante ganador de cinco copas de Europa, aterrizaba en el aeropuerto de Caracas. En la ciudad venezolana se daban cita el Sao Paulo brasileño, el Porto portugués y el Real Madrid para disputar entre ellos el Mundial de Clubes. Fue todo un acontecimiento mundial a causa de la vuelta a Latinoamérica de aquel astro argentino que diez años atrás fichó por el equipo de la Castellana. Diez años de éxitos que parecían no tener fin, diez años de pasión en Chamartín y de orgullo para su carismático presidente Santiago Bernabéu.

secuestro1--644x362
Recortes de prensa sobre el secuestro de Di Stéfano

El Real Madrid se hospedaba en el lujoso hotel Potomac cuando el 24 de Agosto a Di Stéfano le despertó una llamada a las 6 de la mañana, en un principio creyéndose que era una broma de su compañero de habitación y amigo, Santamaría,  no descolgó el teléfono, pero le volvieron a llamar. El conserje, Genaro Elizabeth, le comunicaba que la policía subía hacia su habitación y efectivamente dos agentes irrumpían en el aposento de Alfredo, el número 19,  le acusaban de tráfico de estupefacientes y amenazándolo con esposarle le sacaron de la cama directamente hasta un coche americano que esperaba en la puerta. Una vez dentro del coche y vendándole los ojos le confesaron que se trataba de un secuestro.

“¡Che, que no soy político yo solo soy futbolista!” gritaba Di Stéfano, también llegó a decirles a los secuestradores que le dieran un arma puesto que él no estaba dispuesto a morir como un conejo.

En el piso donde lo tenían retenido llego a  jugar con los secuestradores al dominó, fumó  e incluso escucharon juntos el partido que enfrentaba al Madrid contra el Porto. Como él mismo reconoció «Llegué a perdonarlos: eran altruistas, gente con un ideal. No puedo olvidarme; tengo en casa un cuadro firmado por uno (Máximo Canales). Me lo regaló para resarcirme del sufrimiento. ¿Síndrome de Estocolmo? no, hasta ahí no llego.”

Cincuenta y seis fueron las horas que estuvo encerrado en aquel “pisito”, que no fue descubierto ni por 5000 policías que peinaron toda Caracas en su búsqueda. Tras esos casi 3 días fue puesto en libertad en la Avenida Libertador y allí sin pensarlo Alfredo tomó un taxi y llegó a la embajada, horas después, en la rueda de prensa no habló de nada que pudiera identificar a los secuestradores pues, como le confesaría a Santamaría, entre los periodistas reconoció a dos de ellos además junto con los policías que le escoltaban estaban infiltrados los propios secuestradores, uno de ellos guiñándole el ojo le comentó al oído “Gracias Alfredo, te portaste como un fenómeno”

Como curiosidad en la biografía que escribió Enrique Ortego sobre su vida Gracias vieja,  Alfredo narra: “La embajadora me regaló un loro. Al subir al avión pedí el aire acondicionado al máximo, no dejaba de sudar del susto. El loro se enfrió y murió a los cuatro días en Madrid». Otra peculiaridad muy significativa fue, que antes del viaje a Caracas, había grabado en Madrid una película donde se representa una escena del rapto del famoso jugador como formando parte del tema de la obra.

Volviendo al papel de Paúl Del Río (Máximo Canales) confesaba que «Por más de 40 años he cargado con esta cruz. A veces me fastidia contarlo. Lo que llamó la atención fue que no hubo violencia, él nunca se sintió amenazado, se dio cuenta que estaba frente a unos jóvenes idealistas»

Ejemplos en los que se secuestran a futbolistas son muy frecuentes, sobre todo en América, pero en su mayoría son para conseguir una determinada cantidad económica. Buscando casos en los que se ligue el secuestro con ideologías políticas hay que indagar más de lo normal, encontramos casos como el del internacional colombiano Andrés Estrada Murillo secuestrado por la banda terrorista colombiana de las FARC.

Como él mismo claudicaba la película de su vida “Todas las despedidas son tristes, y aquel que dice que no duelen dile que se despida.”

Deja un comentario